Apertura
del Consejo del Salario
El Gobierno Municipal
comunica que por decisión del intendente José
Inza se dará comienzo a las reuniones del Consejo del Salario.
Informalmente se les ha comunicado a los gremios, y el día martes serán
notificados oficialmente los representantes que participaran del mismo.
Por otra parte, ya se dio
comienzo a las evaluaciones correspondientes al personal que estaría en
condiciones de pasar a planta permanente.
Segundo Encuentro Franco- Argentino
de Cooperación Descentralizada: Jornada en Biarritz
El lunes 12 en el Casino de Biarritz, luego de las
salutaciones de protocolo, se iniciaron las presentaciones destacando posibles
beneficios de tratados de cooperación. Así mismo, se detallaron características
de los sistemas políticos de uno y otro país. Fue muy interesante la
presentación de marcos teóricos (así como las ejemplificaciones) sobre los
polos de competitividad y las agrupaciones empresariales (clusters).
En los proyectos de cooperación se ve como valiosa la
inclusión de ofertas relacionadas con la investigación, la capacitación y el
carácter empresarial y emprendedor de los interesados en los acercamientos.
Así, con la apoyatura de material audiovisual, se vieron procesos ya
encaminados entre Chartres y la ciudad de La Plata en relación a lo arquitectónico, religioso;
entre Brest- Metrópoli Océane con la Provincia de Chubut en relación a las industrias
marítimas.
Luego, por la tarde del lunes, se abrió otro campo de debate
sobre la gestión y preservación de los territorios, los parques nacionales y el
turismo. Entre las intervenciones se pudo apreciar el trabajo de preservación
de los espacios verdes del norte de Francia, donde se iluminaron las rutas para
automóviles, dejando grandes caminos para los peatones, así como bicisendas. El
vínculo aquí se mostró entre Parques Nacionales de los Pirineos Atlánticos con la Provincia de Misiones,
que proyectará su reserva de Cataratas del Iguazú. Luego se mostró un espacio
del Parque Nacional de La
Rochelle que está colaborando con la Provincia de Corrientes,
que puso en valor a los Esteros del Iberá, en su flora autóctona y su fauna,
parte en peligro de extinción.
Tras un día de intenso trabajo, las delegaciones fueron
invitadas a la velada oficial, en el Hotel Du Palais, un mítico, emblemático palacio,
construido por el rey en el siglo XIX, en homenaje a su esposa Eugenia de
Montijo. Perteneciente a la comuna, conserva toda la magnificencia de su
origen.
La cuidada cena fue acompañada por un coro de vascos,
quiénes cantaron canciones tradicionales. Las delegaciones se intercambiaron
regalos y el intendente de Biarritz recibió de manos de la Secretaria de Cultura
Estela Cerone una escultura del Quijote, de las que se entregaron a las
personalidades que visitaron el VI Festival Cervantino, una obra elaborada por
la artista plástica Adriana Ciotta, que fue recibida con aplausos de
admiración.
Hacia el VII Festival
Cervantino: notas de un azuleño-José Manuel Lucía Megías
Cuando termina un festival y a uno se le agolpan las
actividades y los recuerdos en la retina y no es posible destacar uno por
encima de los demás, es que algo se está haciendo bien. Muy bien. Y así está
sucediendo desde que comenzó el proyecto de los festivales cervantinos allá por
el año 2007, un proyecto que no ha dejado de crecer, en calidad y en cantidad,
en actividades y en propuestas. Un festival que no dejará de crecer en los
próximos años, no me cabe duda. Y crecer en varios frentes, consolidando
algunas de las características que lo hacen único, singular en el panorama internacional.
Siempre que vuelvo a Madrid después del Festival Cervantino, familiares,
amigos, conocidos y curiosos me preguntan sobre el festival, sobre su
naturaleza, sobre lo vivido y visto en esta ocasión. Y la verdad es que me
quedo sin palabras porque lo quisiera contar todo y todo lo quisiera hacer
compartir. Desde las actividades de los grandes personajes que visitaron la
ciudad (desde Adolfo Pérez Esquivel a Juan Sasturain, sin olvidarme del siempre
genial Miguel Rep) a las actividades que llenaron de proyectos los barrios, las
escuelas, como el desfile del domingo en la Costanera o el magnífico
proyecto de “Cocinando el Quijote” en la escuela de San Francisco. ¿Cómo
explicar además los viajes a las escuelas rurales que se han hermanado con
escuelas de Alcalá de Henares, el ir con las cartas de los niños complutenses y
volverme con otras de los niños azuleños para sus amigos españoles? Imposible.
Así que ante la insistencia de las preguntas y la expectación de sus miradas
ante mi respuesta, tan solo puedo hacer una cosa: sonreír y mostrarles cómo lo
más importante del Festival cervantino de Azul no son las actividades que se
realizan en los días de su celebración, sino la vida que se ha puesto en ella,
en las horas que ha llevado su organización, cada uno desde su responsabilidad,
las risas y los debates que han generado, la capacidad de movilizar a una
sociedad, que la cultura no se convierta en algo que se realiza de puertas para
adentro sino que se expande de puertas para fuera… la cultura que impregna todas
las actividades. El Festival Cervantino de Azul es un festival de vida, frente
a los festivales de escaparate (que solo albergan actividades externas durante
un periodo de tiempo) o los festivales de momias (donde los participantes se
aíslan en las pirámides de sus locales, sin comunicación con la población). Un
Festival de vida que no tiene límites, que permite soñar, seguir soñando.
Seguir planteando nuestros retos y desafíos para el año que viene.
Los Festivales cervantinos de Azul
no han dejado de crecer en una línea de continuidad que resulta conmovedora,
admirable. Si el V Festival Cervantino en el 2011 fue el Festival de la
participación, en del 2012 lo ha sido del entusiasmo. Y esa es la senda que se
ha de transitar. Esa es la senda que hará todavía más fuerte e importante el
Festival en los próximos años. El VII Festival Cervantino de Azul, el del 2013,
debe ser el Festival del desafío. Ha llegado el momento de invadir la ciudad
con actividades durante el próximo festival; ha llegado el momento en que todos
los azuleños, desde su propia esfera personal y vital, se desafíen para
participar en el Festival Cervantino, que es participar en la construcción de
un proyecto comunitario de identidad integradora. Durante el Festival
Cervantino, la ciudad se ha de convertir en un inmenso salón de actos donde se
realicen mil y una actividades. Es necesario que se impliquen las escuelas, que
sean generadoras de actividades y debates dentro y fuera de sus aulas; es
necesario implicar a los comercios, que
conviertan sus vidrieras en una fiesta, más allá de premios; es
necesario que el Festival esté presente en la calle, que las paredes se llenen
de propuestas, que en las aceras podamos cruzarnos con don Quijote, Sancho, el
Martín Fierro y mil personajes que salgan de los libros a la vida; es necesario
que estemos esperando la cola del banco y que de pronto unos actores nos
representen una pequeña obra de teatro… Es necesario, en fin, que seamos
capaces de desafiarnos a nosotros mismos para demostrarnos qué podemos ofrecer
al Festival Cervantino, que podemos ofrecer a Azul para el próximo año. Y de
este manera, al margen de las actividades puntuales que pueda (y debe)
programar la organización, que permita tener en nuestra ciudad un diálogo con
artistas, escritores, músicos, actores, bailarines, intelectuales, cómicos… que
vengan de fuera, el desafío que ahora tenemos todos los azuleños es ser capaces
de generar ideas, proyectos, iniciativas a lo largo del año para convertir el
Festival en el punto de llegada de nuestro compromiso con la sociedad, en la
seña de identidad de nuestra propia visión del mundo. Las más de 130
actividades que se han podido ver y se han programado en el VI Festival
Cervantino llevan detrás mucho trabajo, muchos desafíos. Algunas de ellas son
fruto de talleres realizados a lo largo del año, de escuelas y proyectos como
los de Inés; otras se han llevado a cabo en los últimos meses, pero han
permitido practicar destrezas y modos de conducta que es muy difícil llevar a
las aulas, a las reuniones de empresas, a las salas de la Universidad a no ser
que haya un proyecto integrador como el Festival Cervantino. Nunca podré
olvidarme de las caras de satisfacción de los chicos y chicas de la escuela de
San Francisco cuando terminaron sus duelos y quebrantos y sus rosquillas. El
acto duró una hora durante el Festival, pero llevaban meses preparándolo,
aprendiendo y ensayando. Pero no solo aprendiendo a cocinar, a conocer en qué
pasaje del Quijote se hablaba de estas comidas; sino, y eso es lo importante,
aprendiendo a convivir, a compartir, a convertirse, cada uno de ellos, en un
“don quixote”.
Este es el desafío que tenemos por
delante. El desafío que tenemos todos los azuleños con el Festival Cervantino.
Este es el desafío de un Festival que comienza a prepararse en el momento en
que se clausura el festival anterior. No se trata de una cita anual. El
Festival Cervantino de Azul nos convoca a todos, a todos nos desafía a lo largo
del año.
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